Concierto, buena gente, sensaciones. Supongo que sabéis de lo que hablo. El cosquilleo en la barriga, la incertidumbre de antes de entrar, las bromas en la puerta del recinto, el colegueo, las inevitables conversaciones sobre el set list, el disco nuevo, a ver qué tal se portan, esperemos que el sonido sea bueno, qué rica está la Estrella de Levante... Es un cúmulo de sensaciones/situaciones que a quienes van a ver a grupos que realmente les gustan les sonarán familiares.
21:30 horas, Mazarrón. Cola en la puerta. Antes de entrar a la carpa municipal, lugar elegido para el concierto, apuramos el pitillo. Se acabó la Estrella de Levante. Por fin, los seguratas abren la vallica azul. Todos para adentro.
Nos preparamos para lo que va a ser una noche de Rock and Roll, de esas que cantaban los ya extintos Barricada. En el cartel, dos grupos: Debaho Band y Rosendo. Del segundo, poco se puede decir que no se haya dicho ya. El primero, una banda lorquina que lleva currándoselo desde hace ya unos años, dando conciertos a nivel local y regional que todo buen aficionado al rock de toda la vida no debería perderse. Merece la pena darles una oportunidad.
Arranca la noche: Debaho Band
Lo de esta gente es brutal. Abren el concierto con una explosión de energía que para sí quisieran muchos grupos de la primera división del rock español. Guitarras afiladas (Beas y Quiñonero), una sección rítmica contundente (Corbalán y Meca) y un cantante (El Flori) que aporta su voz rasgada (mezcla de Jack Daniels y Marlboro), además de personalidad y empaque al grupo.
El sonido, algo aturrullado y saturado de bajo al principio, va mejorando conforme avanza el concierto. Se suceden los temas, encadenados, se nota que el tiempo de actuación es limitado y los Debaho quieren aprovechar al máximo su oportunidad de abrir para el Padre del Rock Español. Flori saluda al personal: somos los Debaho Band, venimos de Lorca y hacemos Rock and Roll. Chulería y actitud a raudales, vaya. Sigue la descarga, la gente está animada, corea los temas, baila. Una chica dice: no les entiendo demasiado cuando cantan, pero están de puta madre. Es lo que tiene el rock, sobre todo cuando los que están arriba en el escenario se lo dejan todo y no paran de sudar.
El concierto toca a su fin, se ha pasado en un suspiro, y demuestra que los de Lorca son un grupo muy compacto, con un directo notable (con margen de mejora por supuesto) y que cada vez convencen más con su repertorio. En cuanto a la actitud, sobresaliente. La energía que transmiten estos cinco cuando están sobre el escenario es algo que no se puede explicar, hay que estar ahí para experimentarlo.
Rosendo: el único Mercado fiable
Se apagan las luces, esto va a empezar. Salen los tres a escena, Mariano, Rafa y Rosendo, abriendo con Adónde va el finado, como viene siendo habitual en la gira de presentación de Vergüenza torera, el último elepé que presentan en directo en la gira Mentira me parece.
Desde que empiezan a sonar los primeros acordes se intuye que el concierto va a ser especial, mucho mejor que el que dieran la última vez que se dejaron caer por Murcia a principios de octubre en las fiestas de Corvera. La banda está rodada, con ganas, el público entregado, y el sonido aceptable teniendo en cuenta que estamos dentro de una carpa.
El primer cuarto del concierto se centra principalmente en temas de Vergüenza torera, como debe de ser en la gira de presentación de un disco. Como bien dice Rosendo: nos estamos centrando en canciones del último disco principalmente, aunque vamos a hacer alguna más antigua. Inmediatamente después empiezan a sonar los acordes de Qué desilusión, de Leño, tema fijo en las últimas giras. Pelos de punta, el sonido es ahora bastante mejor que al principio, aunque eso no importa mucho porque lo que realmente penetra en el cuerpo es todo lo que transmite la banda con sus temas, que por cierto a estas alturas ya tienen al público en el bolsillo.
Suenan temas como Masculino singular, con el que el empezamos a dar saltos. Le suceden más temas clásicos, estamos ya en el último tramo del concierto. Comienza Flojos de pantalón, del que destacaría la impresionante interpretación de Mariano a la batería, brutal. Ya estamos entregados al rock de Rosendo y su banda. Rematan con Pan de Higo, esto toca a su fin. Agradecido no podía faltar, una declaración de humildad de un tipo que bien podría ir de Rockstar al uso, pero que ha mantenido su sencillez y estilo inconfundibles intactos a lo largo de los años.
Hora de los bises, Navegando suena como un trallazo punk, todo el mundo cantando las letras, frenéticos, disfrutando de uno de los mejores directos de rock del panorama estatal actual. Para cerrar, el mítico Maneras de vivir. Todos desgañitándonos cantando el himno por excelencia del rock en español, esa canción que ha traspasado fronteras de género y que describe una manera de entender la vida, una actitud inquebrantable.
Suena la música grabada, se encienden las luces, la gente quiere más, pero esto ha sido todo. Las caras del personal hablan por sí solas, sonrisas de oreja a oreja. Otro concierto más de Rosendo, ya he perdido la cuenta, otra actuación memorable, otra noche de rock de las que no se olvidan...
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