viernes, 25 de octubre de 2013

A Johnny Cash

John Ray Cash (Kingsland, Arkansas, 26 de febrero de 1932 – Nashville, Tennessee, 12 de septiembre de 2003) fue un cantautor y actor estadounidense... bueno, para todo esto está la Wikipedia



Para el que escribe, Johnny Cash pertenece a ese grupo compuesto por unos pocos músicos capaces de llegar a lo más profundo de una persona con sus canciones. Su voz parece salir directamente de la mezcla de una botella de Jack Daniels con un paquete de Marlboro. Elegante ladrón de guante blanco de canciones, ha versionado desde a grupos contemporáneos hasta a artistas como Neil Diamond, superando en muchos casos a los temas originales. Ídolo de presidiarios, de outlaws, de delincuentes con principios, de esos que ya no quedan. Para mí es el John Wayne de la música americana. Ni Springsteen, ni Elliot Murphy, ni siquiera Elvis. Al menos para mí. 

No me voy a parar a analizar nada musicalmente. Aquí lo que importa es todo lo que transmiten las canciones interpretadas por Cash. Canciones que noquean, que encienden el interruptor. Inmediatamente pasan a formar parte de la manera de entender la vida, de la forma de actuar ante las pruebas a las que a todos nos somete. Life's a bitch (la vida es una zorra), tal y como bien dice Mr. Lemmy Kilmister, pero cómo nos gusta vivirla. 

Ahí quedan canciones como Solitary Man, Hurt, Man In Black, Ring of Fire, Big River, Cocaine Blues... que remueven las entrañas. Letras que nos hacen mirar a todos nuestros miedos a la cara, que sacan a los demonios que todos llevamos dentro. Canciones de delincuencia, de arrepentimiento, de picaresca, de perdedores, de corazones rotos... temáticas recurrentes en la carrera de Cash.

Intentar descubrir rápidamente al outlaw de Johnny es tarea casi imposible. Como a todo gran artista, y esto es un topicazo de cuidado, a Cash hay que descubrirlo poco a poco, en pequeñas dosis, haciendo el oído a sus canciones lentamente, hasta que llega ese momento en el que se empieza a entender su música. Sí, ese momento mágico en el que la escucha de una canción se convierte en uno de los mayores placeres que se pueden experimentar.

A Johnny Cash...

American Recordings IV




jueves, 24 de octubre de 2013

Esto sí que es cocina de autor

Hoy va de buenas comidas. 

Esto es lo que nos han puesto en La Merzu esta noche. Y es que cuando está nuestro Mantecas, se nota. Ni Chicote, ni Arguiñano, ni Adriá. ¡Y qué decir de la salchicha!

Jamón, pimiento, lomo y mayonesa, montado en un trozo de pan torrao con tomate rallado.

Hay que ver cómo nos cuidan en La Merzu.

La vela de cumpleaños en la tortilla es algo que solamente se le ocurre al gran "Mantecote"

(Esperamos con ansia la deconstrucción de bacalao) 

GRACIAS

sábado, 12 de octubre de 2013

Another day in paradise: "Sensaciones"

Últimamente hay un concepto recurrente en mi vida: las sensaciones. Ahora mismo, las sensaciones representan el principal elemento en torno al que gira mi existencia. Dicen que con los años se es más cerebral y menos pasional. Una de dos, o se equivocan, o me equivoco. 

Sensación, palabra difícil de definir por su extensa gama de matices, significados y significantes. Oscila como un péndulo, de un lado a otro, sin término medio, al compás de los días, grises como las tardes de diciembre. A veces los días se vuelven cálidos, soleados como el sol de invierno en una terraza, café en mano, un domingo por la mañana. Esa sensación es única e irrepetible, el sol parece entrar en vena, recorre el cuerpo, inundándolo de calidez, de resplandores que suceden a los días de borrasca, tal y como cantaba una banda zaragozana que me ha acompañado desde la adolescencia. 


La abstracción ocupa, junto a las sensaciones, el eje central de mi actitud ante la vida en los últimos tiempos. Necesaria perspectiva ante los recientes acontecimientos, dolorosos y fortalecedores al mismo tiempo. Tóxicos como el cianuro en sangre, enervantes, perturbadores y enigmáticos. Componen una panorámica con multitud de matices que poco a poco van tomando forma en el hervidero de los sesos, de la sangre caliente, de las acciones espontáneas. 

Las contradicciones siguen ahí, de alguna forma siempre han estado y siempre estarán. Demonios al acecho en las noches más oscuras y golfas, vienen de visita en los momentos más inoportunos, se quedan, se marchan, vuelven cuando tienen que hacerlo... Supongo que las contradicciones son parte del viaje. Conforme se van sucediendo las etapas, algunas se quedan en el camino y otras se unen a la marcha, evolucionando junto al viajero hasta formar parte inseparable de su forma de afrontar los nuevos retos. 

Go your own way, tal y como canta Stevie Nicks en este preciso instante, con esa voz que remueve las entrañas, que sale de lo más hondo de un cuerpo castigado por los años, pero que conserva el atractivo de antaño. 

Another day in paradise... Y ya van unos cuantos.

jueves, 10 de octubre de 2013

De abstracciones, retiros y análisis

Empiezo a escribir todo esto a las 23:53 horas del miércoles 9 de octubre de 2013. Siete minutos le quedan al día en que nació la persona que me dio la vida. Cosas que pasan, cuando me levanté esta mañana lo primero que pensé fue en que era su cumpleaños, en dejar una nota en el frigorífico: Felicidades Mamá. No la he dejado. No la he escrito por motivos que a veces ni uno mismo se explica. Es como cuando vas al supermercado, sabes que tienes que comprar algo que te hace falta, pasas por al lado, lo miras y no lo compras. Lo peor de todo es que sabes que cuando llegues a casa lo vas a echar en falta, te vas a arrepentir de no haberlo comprado pero, aún así, no lo compras. 

Llegada al trabajo. Pensamiento recurrente: Lucas, que no se te olvide felicitarla. Entre email y email, llamadas telefónicas y gestiones varias se pasa la mañana volando. Los pensamientos siguen viniendo a mi cabeza como destellos. Momentos, buenos y malos, que se entrecruzan en una tela de araña que cada día se vuelve más enrevesada, más complicada, más compleja de entender. A veces, la mejor opción para analizar es no tratar de analizar. Abstraerse, tomar distancia para que así cuando menos lo esperes las respuestas vengan a visitarte. Seguir impulsos, intuiciones, visceralidad pura y dura. Fidelidad al estilo de vida que se decidió adoptar hace ya bastantes años.

La música me mantiene muy vivo estos días. Las melodías se convierten en sentimientos, las letras con las que uno se identifica que van cobrando fuerza. No sé como algunas personas pueden vivir al margen del arte, de los libros, de la música. Yo no podría.

Rescato unas líneas del libro On The Road del escritor beat Jack Kerouac:

The only people for me are the mad ones, the ones who are mad to live, mad to talk, mad to be saved, desirous of everything at the same time, the ones who never yawn or say a commonplace thing, but burn, burn, burn like fabulous yellow roman candles exploding like spiders across the stars.

Algo así como: 

La gente que me atrae es la gente loca. Gente que está loca por vivir, loca por hablar, deseosa de todo al mismo tiempo, que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos, explotando como arañas entre las estrellas.
...

jueves, 3 de octubre de 2013

Another day in paradise

Resultan extraños los últimos días. ¿Transición?, ¿cambio radical?, ¿estancamiento?, ¿prueba?, ¿ejercicio de paciencia?, ¿traición? ni yo mismo lo  sé. 

Suena de fondo una canción de Los Suaves: 

Destrozando la noche y el sueño
Destrozando la niebla y el viento
Ese viento que pasa las hojas del libro
En el que esta escrito nuestro destino...


... y se van, y se van, y se van, ¿qué hacer cuando los sueños se van? 

Ahora, silencio. Roto únicamente por el tictac del reloj de Barón Rojo que cuelga en la pared. Persiana bajada casi del todo, parece que a media luz los pensamientos se vuelven fluidos, vienen a la cabeza con más facilidad, inundan la cama de contradicciones. La luz que desprende la pantalla del portátil da a mis manos un aspecto blanquecino, casi fantasmal. Reflejada en el anillo de mi dedo corazón izquierdo, anillo de símbolos celtas que me acompaña ininterrumpidamente desde hace ya unos diez años, la luz cambia de tono cada vez que muevo los dedos para teclear estas líneas. 

Mi cabeza hierve, igual que mi sangre. Sensaciones encontradas. Bienvenido al mundo adulto, me dijo una muy buena amiga a la que jamás podré recompensar todo lo que hace por mí cada día. Ella no se da cuenta, lo hace porque le sale así, pero lo que importa es que lo hace. Injusticias de la vida, le ha tocado vivir una situación complicada. Maldita oficialidad, maldito sistema educativo español, maldita naturaleza. 

Recibo mensaje por el G-Talk: "playlist de los 90 en el programa de Radio3 180 grados". Cojonuda, empieza con Breed de Nirvana. Ahora Even Flow, de Pearl Jam: Even flow, thoughts arrive like butterflies. ¡Qué raro es todo esto! ¿señales? ¿casualidades? ya no lo sé. Loser, de Beck, para seguir prendiendo la mecha.  A veces, suceden una serie de cosas que hacen a uno cuestionarse si le están gastando una broma desde alguna parte. Sigo, que soy muy dado a la distracción y a la dispersión, pero esta estrofa de Oasis no la puedo omitir: I live my life for the stars that shine, people say it's just a waste of time.

La historia se repite, una vez más. No queda más remedio que ser fiel a uno mismo, a su manera de ser, de actuar, de sentir. "Pretensión de cambio, ninguna". Ahora es tiempo de rebeldía, de seguir los instintos más que nunca: "Nene, si tienes un accidente, al día siguiente tienes que volver a conducir". ¡Y qué verdad que es!

Maldita playlist, Rage Against The Machine y su Know Your Enemy provocan que todo esto se revolucione, que estalle. Tiempos duros los que se avecinan, a los que habrá que hacer frente con actitud, con rebeldía, echándole cojones. Además, me apetece beber, me apetece fumar, me apetece noche, conciertos de rock. Pero también me apetece correr, pasear, conversar, retomar relaciones con viejos amigos. Contradicciones que forman parte de la vida, supongo. O al menos de la mía. Es curioso que, a veces, cuanto más se da, menos se recibe. Y viceversa.

Sigue el bullicio en mi cabeza: susurros, caricias, miradas, momentos, bancos, Fords, paisajes. Sus ojos vidriosos ante la despedida, antes de volver al redil del que salieron de manera efímera para disfrutar, para sentir, para ser queridos, mimados, abrazados, mirados desde lo más hondo. Tiempo, a veces efímero, otras eterno. Siempre juez y parte. 

Another day in paradise.