jueves, 16 de agosto de 2012

The Black Keys

De cuando en cuando se descubren nuevas bandas que se vuelven imprescindibles en tu colección musical. Y es precisamente lo que me pasó hace algo más de un año con The Black Keys. Si anteriormente fueron los americanos Band of Horses, la última gran banda que ha dado el "grungero" estado de Seattle, y a la que mi colega el Chapi les dedicaba una reseña en su momento, ahora les toca el turno a The Black Keys. 

The Black Keys es un dúo de Ohio compuesto por Dan Auerbach (guitarra y voz) y Patrick Carney (batería). Aunque los etiquetan como combo de blues rock, su música va mucho más allá, combinando teclados indie, algo de pop e incluso algunos elementos del sonido motown más exquisito (escuchad su canción Stop Stop para comprobarlo).

No recuerdo exactamente cómo los descubrí, quizá a través de alguna de las páginas musicales a las que estoy suscrito, el caso es que desde que lo hice vuelvo una y otra vez a su música de una manera casi enfermiza. 

En sus primeros discos los dos únicos instrumentos que utilizan son guitarra y batería, estilo  White Stripes, aunque posteriormente van añadiendo más matices a sus nuevos lanzamientos. Curiosamente, son ellos mismos los encargados de grabar todos los instrumentos y sonidos de los discos, lo que los hace particularmente interesantes (durante las giras, lógicamente, les acompañan varios músicos). 

En cuanto al sonido de los discos, maravilloso. Utilizan equipos analógicos de grabación de los años 70 y 80, grabando sesiones prácticamente en directo que luego mezclan y producen ellos mismos, lo que les da ese punto de frescura y naturalidad muy poco común en los discos actuales, echados a perder por culpa de Pro Tools.

Pero lo que más destaca de este dúo es la calidad, variedad y originalidad de las canciones, lo que les hace diferenciarse del resto de grupos de la escena actual, cuyo principal error es estar muy atados a determinados clichés inamovibles y a repetir ciertos patrones, de forma que no evolucionan musicalmente. Y claro, después de dos discos desaparecen. 

De su discografía destacaría el último disco, El Camino, con temas como Lonely Boy, Gold on the Ceiling o Little Black Submarines, por citar unos pocos, aunque ninguno de los demás tengan desperdicio. El disco que le precede, Brothers, es también muy completo, aunque no llega a la altura de éste último. Con respecto a los discos anteriores, The Big Come Up, su álbum de debut de 2002, es otro trabajo a tener muy en cuenta. 

Os dejo el vídeo de la canción Lonely Boy, que es buenísimo y parece grabado en una sola toma (los coros se salen y el negro también). Si queréis ampliar información y conocer  más sobre este dúo, pinchad aquí


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